En 1976 hubo una epidemia causada por un virus también de origen porcino y también A(H1N1). Para contenerla, se diseñó y se aprobó una vacuna, la cual fue administrada a aproximadamente 45 millones de personas. Diez semanas después se suspendió la campaña al ser reportados 532 casos del Síndrome de Guillain Barré (SGB). Esto equivale a aproximadamente 1 caso por cada 100,000 vacunados, en aquel entonces, cuando los criterios de calidad de vacunas no eran tan estrictos como los de hoy día.
El Instituto de Medicina (IOM) llevó a cabo un minucioso estudio científico en 2003 y concluyó que quienes recibieron la vacuna contra la influenza porcina de 1976 ya corrían con un leve aumento en el riesgo de contraer el GBS. Los científicos tienen teorías múltiples en cuanto a por qué ocurre este aumento en el riesgo, pero la razón precisa de esta asociación se desconoce.
El síndrome de Guillain Barré es una entidad neurológica, que afecta las partes motoras y a veces sensitivas del sistema nervioso, produciendo una parálisis llamada "ascendente" porque va de abajo hacia arriba en su afectación (piernas, manos, tórax, etc.)
Estadísticas en los EEUU hablan de 1 a 3 casos por 100,000 habitantes. En los hospitales es común ver uno o dos casos al año, dependiendo del hospital y su afluencia de pacientes. 85% de los pacientes se recuperan por completo, y el resto puede tener alguna secuela de debilidad muscular. 3 a 8% pueden morir por esta enfermedad.
El aumento en el riesgo de desarrollar SGB después de la vacuna de la influenza estacional no se ha repetido en estudios posteriores y los llevados a cabo en la actualidad, incluso los estudios sobre la nueva vacuna H1N1. Aún mejor, parecería que la vacuna estacional tiene un efecto protector contra el SGB. El virus de influenza ha sido uno de los implicados como desencadenantes de dicho síndrome, y parece que la vacuna disminuye el riesgo del mismo (al menos en 2 estudios de casos y controles):
El aumento en el riesgo de desarrollar SGB después de la vacuna de la influenza estacional no se ha repetido en estudios posteriores y los llevados a cabo en la actualidad, incluso los estudios sobre la nueva vacuna H1N1. Aún mejor, parecería que la vacuna estacional tiene un efecto protector contra el SGB. El virus de influenza ha sido uno de los implicados como desencadenantes de dicho síndrome, y parece que la vacuna disminuye el riesgo del mismo (al menos en 2 estudios de casos y controles):
Riesgo de desarrollar SGB después de padecer INFLUENZA (la enfermedad): 18 veces mayor, OR 18.6 (IC95% 7.5 a 46)
Riesgo de desarrollar SGB después de haber recibido la VACUNA: no hay aumento ni disminución del riesgo. OR 0.16 (IC95% 0.02 a 1.25) (Tam 2007)
Incidencia relativa de SGB a los 90 días de haber tenido INFLUENZA: 7 veces más que los que no tuvieron influenza. HR 7.35 (IC95% 4.36 a 12.38)
Incidencia relativa de SGB a los 90 días de haber recibido la VACUNA: no hay aumento ni disminución del riesgo 0.76 (IC95% 0.4 a 1.40) (Stowe 2009)
Riesgo de desarrollar SGB después de haber recibido la VACUNA: no hay aumento ni disminución del riesgo. OR 0.16 (IC95% 0.02 a 1.25) (Tam 2007)
Incidencia relativa de SGB a los 90 días de haber tenido INFLUENZA: 7 veces más que los que no tuvieron influenza. HR 7.35 (IC95% 4.36 a 12.38)
Incidencia relativa de SGB a los 90 días de haber recibido la VACUNA: no hay aumento ni disminución del riesgo 0.76 (IC95% 0.4 a 1.40) (Stowe 2009)
Es decir, la infección por virus de influenza estacional se ha asociado a SGB, y la vacuna parece tener un pequeño efecto protector contra el SGB.
Un estudio inicial sobre las vacunaciones de influenza estacional del 92, 93 y 94, encontró un riesgo de 1.7 casos de SGB por un millón de vacunas puestas.
Sin embargo, Stowe en el 2009 en Inglaterra, no encontró asociación alguna.
Referente a la vacuna nueva H1N1, por más que queramos decir que las compañías farmacéuticas son malas y llevaron a cabo un complot para vender más, etc., no ha habido evidencia alguna de que esta vacuna provoque más casos de los que se presentan cada año.

Los funcionarios de la salud pública de Estados Unidos y en México están investigando si la cantidad de casos de GBS informados entre personas que recibieron la vacuna contra el H1N1 es mayor a la cantidad de casos registrados en la población general.
¿Debemos ponernos la vacuna? Al final de cuentas es decisión propia. El riesgo de la vacuna es muy bajo, tan bajo como cualquier otra vacuna que nos hemos puesto o que ponemos todos los días. ¿Cuál es el riesgo de la influenza H1N1? También es bajo (mueren aproximadamente el 1%). Viendo de forma cruda estos números, es más probable morir si te da influenza a que si te vacunas.
Pero siguiendo con las analogías, si llevamos a nuestros hijos en el coche sin cinturón de seguridad, es más probable que mueran de un choque, a que mueran de influenza o de Guillain Barré.
Si queremos tener "teorías de la conspiración" es muy nuestro gusto, pero tomar decisiones de salud en base a estas corazonadas no es ético.
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